La nueva dirección del Partido Popular de Pablo Casado ha carecido, desde su toma de posesión, de una visión estratégica de la política, abandonando claramente el centro/derecha, su mayor caladero de votos. La aparición de VOX fue apadrinada por Casado desde su primer momento, ambos afines, contaron con el apoyo de Aznar. Casado, con nula visión política, creyó que este acercamiento podría ser un refuerzo para recuperar otros espacios perdidos. A la vez que el liberal Cs perdía la brújula. Al principio intentó diferenciarse, pero su comportamiento solo sirvió para hacer el ridículo. Con estos apoyos VOX consiguió formar parte, como minoría necesaria, en regiones y municipios que a la vez minimizaron la derrota del "PP". Así lograron Andalucía, Madrid y Murcia... En esa situación, si en el año 2000, en las encuestas, menos del 19% de los electores pensaba que el PP era de extrema derecha, en abril de 2018 ese porcentaje ha subido hasta el 40,9%. A Cs, se lo dijeron las urnas.
Vox ha mantenido reuniones con el portavoz de la Plataforma Cívica por la Independencia Judicial, el juez Manuel Ruiz de Lara, la primera de varias más, resaltando la coincidencia en la necesidad de reformar el actual sistema de designación de vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), de manera que sean elegidos "entre los jueces y por los jueces", método que Abascal considera democrático y despolitizado. Más tarde, decía: "Pero mientras esté en vigor la actual tendremos que participar en él y naturalmente que negociaremos". Ahora "PP" y Vox se alían para vetar la renovación del Poder Judicial. Un CGPJ formado cuando Rajoy tenía mayoría absoluta y en el que es necesario sumar 210 diputados para el nombramiento de sus miembros. Está claro que no les interesa la independencia del poder judicial, solo quieren usarlo contra el Gobierno.
Entendemos las declaraciones del mismo Casado, cuando se iba a reunir el CGPJ para informar del nombramiento de Delgado y llamó a los miembros de esta institución para echar abajo el nombramiento de la fiscal, en un intento más de influir en ese órgano. Una maniobra que se contradice con el discurso que mantiene el PP para criticar al Gobierno por, justamente, “politizar la justicia”. A ello se añade el planteamiento que el PP español defendió esta semana en el Parlamento Europeo, totalmente opuesto al que sostiene con su discurso en España. Cuando la Eurocámara debatía una condena a Polonia por los ataques del Ejecutivo polaco a la independencia de la justicia en aquel país... El "PP" se acerca peligrosamente a la extrema derecha. También queda claro que algunos fiscales se han aliado para atacar al Gobierno.
Por último destacar el "veto parental" o pin parental para Vox, una de sus propuestas estrella presentada llena de falsedades. La medida pretende obligar a la dirección de los centros educativos a informar a las familias de todas las actividades complementarias organizadas dentro del horario lectivo, así como establecer el derecho de los progenitores a dar su consentimiento o no a cada uno de esos talleres con una "autorización expresa". Casado, de nuevo, se deja arrastrar por Vox, cuyo objetivo final ahora es convertir los centros educativos en un campo de batalla política e ideológica.
Este definitivo error ha dejado al descubierto sus mentiras y colmado la paciencia de los barones del "PP" e incluso de Cs, donde un sector del partido presentará un borrador en la ponencia de Estrategia Política, redactado por siete dirigentes entre los que figura Luis Garicano, que aboga por volver al centro y levanta el veto al PSOE. Sin duda, si esto llegara a prosperar, podría hacerlo en un momento clave, de cara a la aprobación de los Presupuestos y evitar a ERC. Ya hay discrepancias en Madrid, Andalucía y Castilla y León... Mientras, Casado, de perfil, deja hacer a Vox.
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