domingo, 5 de abril de 2020

LA NUEVA DERECHA NO ENCUENTRA SU SITIO

     Desde la desaparición del bipartidismo, la derecha de Casado no encuentra su sitio. No es que les frene la ética, de la que carecen históricamente, es que les falta una reflexión sobre lo que necesita la España de hoy y de forma especial la de ahora. Aún no se han dado cuenta de lo que está ocurriendo dentro de esta gigantesca desgracia que nos ha traído, por sorpresa, esta dura pandemia. El ciudadano está unido y sacrificándose al máximo, colaborando en todo aquello que le ordena su gobierno con una admirable solidaridad, pues sabe que es lo que debe hacer para que todo acabe bien. Sabe que ahora hacen falta soluciones urgentes, las críticas deben quedar para después, sin olvidarlas, para que el pueblo juzgue sin urgencias. El pasado martes el Gobierno reconocía sus errores y se exigía humildad, a la vez que anunciaba cincuenta medidas para ayudar a los que menos tienen, daba moratorias a PYMES y autónomos, a la vez que anunciaba la pronta implantación del comprometido "mínimo vital".  Recordemos que en la historia sólo quedan los gobernantes que supieron defender a su pueblo.
     En este ambiente, tan distante de la normalidad, el "PP" sigue utilizando la desgracia para su medro, como si nadie sufriera, manteniendo la política de la descalificación, la mentira y la noticia falsa, desprestigiando y poniendo zancadillas a los que nos representan e intentan encontrar soluciones. Aquí y ahora se equivocan absolutamente. No es que el Gobierno no se equivoque e incluso que a veces le falte hablar con la oposición y con los interesados para tener toda la información. Pero no es menos cierto que la pandemia tiene ritmos variables a los que hay que adaptarse con soluciones rápidas, sin un momento para relajarse y que la oposición nunca ha aportado soluciones y sí muchas trabas. Recordemos Cataluña y la Plaza de Colón. Si miramos a los países de la UE, sus soluciones, aciertos y fallos son parecidos. El pasado martes, a Alemania e Inglaterra les parecían magníficas las medidas de España y el rigor en su cumplimiento e incluso Inglaterra se atrevía a decir que esas medidas habían ahorrado 16.000 muertos. En ese mismo día, The New York Times resaltaba la irresponsabilidad de Aznar al irse a Marbella en plena crisis de la pandemia, incumpliendo las medidas para controlarla. Un expresidente al que Casado tiene como modelo. No sabe elegir.
     La última intervención de Casado ha sido otro error, tanto por lo que cuenta como por lo que esconde, aunque en esta ocasión es más grave, pues se comprometió a no votar el último decreto, pese a que hace pocos días recomendaba una intervención total. Pero esta vez Casado está motivado por otro fin, también ajeno a la salud de los españoles, que Vox no le arrebate el liderazgo de la derecha. No entiende que el gobierno se está decidiendo en estos días por dar prioridad a la salud de los españoles, después atajar las carencias de los que menos tienen, sin dejar la crisis económica que se avecina, sin cuya solución todo puede quedar en nada, pero quiere contar con el apoyo de la UE. Una gestión que ya realiza el Presidente. Pero hay que dar tiempo. Qué pronto ha olvidado Casado su falta de apoyo a la renovación de las 10 instituciones más importantes del país y que hoy resultan tan necesarias. Casado va acumulando una historia personal que le hace poco creíble, incluso para los suyos, especialmente ahora, pero sigue siendo una necesidad democrática contar con el primer partido de la oposición, pase lo que pase. Ahora Vox pide a Sánchez un Gobierno de Concentración Nacional. Ambos deberían quedarse en casa y evitar que sus virus dañen la democracia.
     Termino con un deseo del gran pensador y filósofo Emilio Lledó: "Debemos estar alerta para que nadie se aproveche de lo vírico para seguir manteniéndonos en la oscuridad y extender más la indecencia". Salud para todos.

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