Resulta cada vez más evidente que las elecciones catalanas han marcado un nuevo tiempo para Casado. Lo curioso está siendo que su estrategia basada en la mentira sigue siendo aún la estrategia a seguir. Anuncia como una solución inmediata la venta de la sede de Génova 14, debido a que está siendo juzgada por la procedencia de los fondos de su adaptación al uso de un partido político que entonces atravesaba su mejor tiempo, entre los años 2006 y 2008. La realidad, que no dice, es que el "PP" que actualmente lidera debe a los bancos 38 millones de euros y el edificio se valora en 36. La dirección asegura dejarlo para desmarcarse del "pasado", pero Feijóo y Almeida reconocen que es por problemas económicos. El caso es mentir.
Oficialmente, el PP siempre ha tratado de justificar su negativa al acuerdo sobre el CGPJ, defendiendo que su objetivo es "despolitizar" el Poder Judicial. Lo que no es cierto, pues gracias a su bloqueo de más de dos años, se mantiene una mayoría conservadora en el CGPJ que ha realizado hasta 68 nombramientos discrecionales con el mandato caducado. Los últimos, el pasado enero. La dirección del PP asegura que es el PSOE quien bloquea la situación por no aceptar su condición de dejar fuera de las conversaciones a Unidas Podemos. Mentira, pues los socialistas insisten en que negocian como Gobierno. En las próximas horas se prevén avances en el Poder Judicial, TVE (ya con acuerdo) y El Defensor del Pueblo. A última hora, el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, ha dado marcha atrás en su decisión de retirar del orden del día del pleno del jueves los ocho nombramientos previstos, pues los miembros del Alto Tribunal le han replicado que según el Reglamento de Organización y Funcionamiento del órgano esta decisión recae sobre todos los vocales y el presidente, no sobre éste último en exclusividad. Casado tiene así más difícil su compleja situación judicial. Además, el líder gallego Feijoo, fiel seguidor de Rajoy, le está pisando los talones. Dudo que el acuerdo siga adelante.
Ahora, el patriota Casado sigue, pese a la pandemia, aplicando el viejo lema: "Que caiga España, que ya la levantaremos nosotros", una estrategia de partido que perdura en el tiempo. Ese "cuanto peor para todos, mejor para ellos" el PP lo hace extensible a cada acción que adopta y que en no pocas ocasiones evidencia su irresponsabilidad, su deslealtad y su nula voluntad de proteger los intereses nacionales, como ahora, ante la peor crisis sanitaria, económica y social de nuestra historia, reconociendo que en el último pleno del Congreso cambió su tono en las respuestas al Gobierno.
Ahora parece que Abascal prepara una segunda moción de censura al Gobierno, con el fin de que algunos diputados (evidentemente del "PP") se rediman del protagonismo y victimismo de aquella iniciativa que exhibió Casado en su discurso. Parece que ya está actuando en este sentido, acusando a Casado de cómplice con las fechorías del Gobierno. Ahora ha hecho público que no apoyará al "PP" en Andalucía.
Todo apunta a que también Pablo Casado declara un sueldo como Presidente del "PP" inferior a los de otros dirigentes a su cargo. Según sostiene, su sueldo en el partido es de 47.720 euros anuales (recogida en su declaración ante el Congreso). A eso habría que sumar los 55.000 que percibe como diputado. Señalar, como referencia, que Rajoy antes de llegar a la Moncloa declaraba un sueldo del partido de 200.000 euros y que ahora alguno de sus inferiores como García Egea ganan más que Casado. Una situación que debiera aclarar pronto, pues es difícil de asimilar. Hace unos días, oía a Losantos decir "Cuando Casado habla, sube Vox..."
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