domingo, 31 de diciembre de 2017

CRECIMIENTO ¿PARA QUIÉN?

    Después del apagón informativo que se ha producido en los temas que más interesan a los ciudadanos, es hora de superar el "proces" y normalizar la información, reconociendo que la ocurrencia de Puigdemont de hacer una investidura telemática, un nuevo esperpento que deja claro que la ley es, para él, un "attrezzo" a cambiar en función de sus intereses, unida a la formación de la mesa del "Parlament", puede resultar un buen cebo para seguir la estrategia informativa que interesa al poder. En cualquier caso, ocurra lo que ocurra, hablaremos de la situación social de los españoles para dejar claro a quién favorece el crecimiento que  produce tanto optimismo en Rajoy.
   Las pensiones han sufrido en 2017 la mayor pérdida de poder adquisitivo de los últimos cinco años y la situación empeorará en 2018 al aprobar el último Consejo de Ministros una nueva subida del 0,25%, con una inflación, estimada por el FMI, del 2% y no existe previsión de que esta pérdida pueda disminuir. Incluso puede ir empeorando para los nuevos jubilados. Por otro lado, las mujeres se jubilan con casi un 25% menos de pensión que los hombres y además la pensión de viudedad se reduce el 50%.
   El Gobierno baraja un aumento del 1% del salario de los empleados públicos, lo que también les supondría pérdida de poder adquisitivo, después de dos años con subidas salariales del 1% y cinco años de congelación.
   Se estima que el 80% de los jóvenes no pueden abandonar el hogar que les vio nacer hasta después de los 30 años. Por otro lado, el paro en esta franja se estima en el 50% y la mayoría de los que trabajan lo hacen en puestos de categoría inferior a su formación y normalmente en trabajos de corta duración. También hay que tener en cuenta que jóvenes con excelente formación tienen que salir de España para trabajos especiales y a veces de alta investigación, pues aquí ha sufrido fuertes recortes.
   Pese a que el gobierno considera su mayor éxito la evolución favorable del desempleo, la realidad de los bajos salarios, la precariedad, el aumento del tiempo en que permanecen los desempleados y la disminución de las prestaciones, está haciendo que los ingresos en la SS no aumenten. Para Bruselas la moderación salarial se ha convertido en un lastre para la recuperación económica. Así lo sugiere el último informe  presentado por la Comisión Europea, en el que se parte de una evidencia: la recuperación en la UE está menos avanzada que en otras regiones, en particular EEUU.
   La crisis económica ha sido, y sigue siendo, un buen momento para hacer negocios por una minoría, mientras amplias capas de la población sufren el desgarro social derivado de la cada vez más intensa tendencia a la concentración de la riqueza: basta señalar que ahora hay más de 58.000 nuevos ricos y que más de 1,4 millones de personas han pasado a ingresar menos de 6.000 euros anuales. Lo que da fe del ritmo al que se abre la brecha social en un país que está batiendo sus propios récords de desigualdad, hasta el punto que hemos sido advertidos de su gravedad por la UE.
   El Gobierno reducirá en 2018, por tercer año consecutivo, la proporción de Producto Interior Bruto (PIB) que destina a Sanidad, Educación y Protección Social. En los dos primeros casos el gasto caerá en dos décimas, con lo que la partida destinada a Educación pasa del 4% al 3,8% del PIB, y la de Sanidad se contraerá del 6% al 5,8%. Por su parte, en la partida destinada a pensiones, servicios sociales y políticas de fomento del empleo, entre otros aspectos, la reducción será incluso mayor: pasará de recibir el 16,5% del PIB a quedarse en el 16,2%. Se ha disminuido de manera notable la inversión en obra pública y mantenimiento... Además la corrupción. Con estos datos resulta difícil entender la euforia del gobierno. Mis mejores deseos para todos en 2018.

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