domingo, 31 de enero de 2021

LAS ELECCIONES CATALANAS PROMETEN SER SINGULARES

     Hay ciertos síntomas de que las próximas elecciones en Cataluña presentan singularidades que hacen ver que los viejos sentimientos que enfrentaban al pueblo catalán, ahora parecen manifestarse de forma distinta o al menos eso es lo que parece en las declaraciones que, en este tiempo previo, están proliferando. Esas novedades que destacamos nos hablan de eliminar el odio entre independentistas y españolistas, introduciendo el sentido común e incluso los clásicos nacionalismos parecen sustituirse por aspectos ideológicos que empiezan a cobrar fuerza. Se habla incluso de pactos de izquierda que superarían los viejos sentimientos. Quizás solo sea el germen de un viejo sueño y de nuevo, las derechas de ambos impongan su viejo y belicista lenguaje. Esperemos esos cambios, pues la realidad de esos años ha sido que en la Cataluña de los viejos odios ancestrales, no ha llegado a ningún sitio. Cada vez más catalanes se dan cuenta de que el sueño de la utopía nacionalista no ha servido para el progreso de su pueblo o quizás también que la mala gestión de la pandemia nos ha hecho ver a todos que las cosas pueden ser de otra manera. En otro orden de cosas, reconocer que en la derecha, Vox se ha abstenido para que se aprobara el decreto que permite la aprobación del gasto de los 140.000 millones de € concedidos por la UE, sin negociación alguna, un patriótico gesto, quizás para mejorar su imagen de cara a las catalanas. Cs quiere recuperar su visión de partido de centro y el "PP" de Casado, el primer patriota, ahora retoma el viejísimo discurso de "cuanto peor mejor".

     Este tiempo de la pandemia y otras situaciones anteriores han demostrado que el poder en manos de distintos modelos de independentismo no ha llevado a otra cosa que a perder espacios económicos e incluso a destacar en el avance de la pandemia. Demasiado tiempo y demasiados esfuerzos para nada.

    Ahora conocemos que veinticinco exministros de UCD, PSOE y PP han suscrito un manifiesto en el que abogan por abrir un "riguroso análisis" sobre si la "singularidad" de Catalunya está siendo "reconocida y valorada de manera justa", pero con el límite de que cualquier reforma sea compatible "con el proyecto común que es España". De los veinticinco firmantes del manifiesto, titulado "Ante el intento de separar Catalunya de España. Llamamiento a la reflexión y a la concordia", trece ocuparon una cartera ministerial con un Gobierno de UCD, siete con un Ejecutivo del PSOE y cinco lo hicieron con el PP. Todos están retirados ya de la acción política. Entre ellos Marcelino Oreja, Rodolfo Martín Villa, Juan Antonio Ortega y José Lledó, por UCD; Cristina Garmendia, José Bono, Cristina Alberdi y César Antonio Molina, por el PSOE, y Josep Piqué, Pío Cabinillas, Eduardo Zaplana y Abel Matutes, por el PP.

    Pero además, estas elecciones autonómicas se presentan muy reñidas y el resultado influirá en la política estatal. El llamado efecto Illa puede haberse diluido tras un último mes del tercer pico de la pandemia. Los indecisos son aún muchos: en el macrosondeo del CIS, con 4.300 entrevistas, el 39,1% no tenían definido su voto, pese a que en estos comicios, todos se juegan mucho. Parece indudable que puede ganar el PSOE y hasta formar gobierno. La situación catalana tendría otras expectativas, así como también el gobierno de España, después de, al menos, cuatro años de diálogo. Quiero pensar que Illa quedará muy cerca de la mayoría absoluta, contra lo que apunta el CIS catalán. Ahora es más posible que el PP no alcanzará a Ciudadanos, incluso que puede ser superado por Vox, una tragedia para el "PP" de Casado. Con lo que hay en juego, el 14F, los que amen a Cataluña, deben ir a votar, buscando el derecho a la salud, el derecho a ser libres y el derecho a una convivencia digna para todos y sin odios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario